22 ago 2015

Un hombre se enamora de una mujer, pero en realidad se enamora de la idea que tiene de la mujer, puesto que no la conoce del todo. Cuando el hombre entabla una relación con la mujer y pasa de estar idealizada a ser real, el amor ya no es tan puro, o no es amor tan intenso como el del principio. Porque la mujer no es perfecta, tiene defectos, y el amor se convierte en cariño o en algo distinto. Por eso Bernardo Soares prefiere no amar a nadie en la vida real, si no sólo en la imaginación, para vivir un amor más intenso y puro que no se verá contaminado de esas dosis de realidad que bajan del pedestal a las personas que amamos y que desvirtúan el sentimiento.